Atletas con Fe (II): Simone Biles, reina de la gimnasia olímpica que reza el rosario y va a misa
Simone Biles comienza a ser una leyenda en los Juegos Olímpicos. La pequeña gimnasta estadounidense (mide 1,45 metros) de 19 años de edad es ya, nada más comenzar la competición olímpica, la llamada a ser la reina de Río 2016, siendo, además, considerada por muchos expertos la indiscutible sucesora de la legendaria Nadia Comaneci.
Como parte del equipo estadounidense de gimnasia, Biles es la gran favorita en concurso general, salto, barra de equilibrio, suelo y por equipos. Sólo se le podría escapar en las paralelas asimétricas. Hasta el momento es la única con tres títulos mundiales consecutivos en el concurso general y con diez coronas universales.
La sucesora de Nadia Comaneci
El primer 10 (calificación perfecta) de la historia olímpica en gimnasia artística lo obtuvo una pequeña y delicada rumana de nombre Nadia y apellido Comaneci. Fue en las olimpiadas de Montreal en 1976. Asombró al mundo por su inmenso talento que se plasmó en las cinco medallas (3 de ellas fueron de oro) que obtuvo. Tenía tan sólo 14 años de edad. Luego concluiría su carrera con cinco títulos olímpicos.
Cuarenta años más tarde, Biles, que tiene como meta colgarse en Río cinco oros, lo que ninguna otra gimnasta ha conseguido en unos Juegos, es considerada por los críticos deportivos del mundo como la sucesora de la rumana. No en vano, Biles ha sido modelada en un gimnasio de Texas dirigido por la mujer del técnico que en su momento llevó a la cima a Comaneci, Bela Karolyi.
El entrenador que encumbró a Comaneci está convencido de que la explosividad, talento y ritmo de Biles confirmarán la sucesión. “En aquella época, Nadia fue considerada como la perfección absoluta. Después, a Mary Lou Retton (campeona del concurso individual en Los Ángeles en 1984) se le vio como una de las niñas maravilla de la historia de la gimnasia, y ahora es el momento de Simone”, ha aventurado el veterano técnico.
También, una de las estrellas aludidas apuestan a fondo por Biles. “Jamás vi a alguien con más talento. Nadie la puede batir”, ha dicho de ella Retton, la ídolo de la gimnasia americana.
Su madre, alcohólica; cuidada por los servicios sociales
Simone no lo ha tenido nunca fácil. Su historia es la de una niña nacida en Ohio cuya madre (y madre de otros seis) había sido golpeada duramente por las drogas y el alcohol. Cuando sólo tenía tres años, la niña tuvo que ser separada de su madre y puesta bajo el cuidado de los servicios sociales.
Después, sus abuelos, que vivían en Texas, con mucho gusto se hicieron, primero, cargo tanto de ella como de una de las hermanas de la hoy gimnasta, y, luego, adoptaron a ambas niñas.
Con ello, su vida comenzaba a dar un giro dramático… y para siempre. A los seis años apareció en el gimnasio de la esposa del entrenador de Comaneci, Aimee Boorman y desde entonces no se ha separado de su entrenadora, que vio en Biles un potencial inaudito.
Lleva la clave de su éxito en el bolso
Recientemente la revista US Weekly publicó un artículo sobre las cosas que Simone lleva en su bolso cuando va a una competición. Ella, que se considera “bastante organizada”, lo dejó fotografiar. Además de una pequeña bolsa de lona que lleva a sus entrenamientos en Spring, Texas, un llavero que dice “Futura Olímpica” que le regalaron sus compañeras de equipo, una cartera que le obsequiaron sus padres, unos cascos para escuchar música (escucha a Ariana Grande y ama a G. Eazy y Chris Brown), un móvil, un cepillo para el pelo, las llaves del coche, un desinfectante de manos, y, un …
“Mi mamá Nellie [Simone llama a sus abuelos ‘papá y mamá’] me dio un rosario en la iglesia. No lo uso para rezar antes de una competición. Lo rezo normalmente por mí misma, pero lo tengo allí de todos modos…”, comentó para el magazine estadounidense al ser preguntada por el rosario que llevaba en el bolso.
Sus grandes apoyos: su fe y su familia
Además de rezar el rosario, Simone asiste a la misa dominical con sus padres, quienes han desempeñado un rol fundamental en su vida pues desde muy niña la han apoyado incondicionalmente en todos sus esfuerzos.
Convertirse en una estrella de la gimnasia, “requiere mucha dedicación, muchos sacrificios. Cancelamos vacaciones, o bien en nuestras vacaciones viajamos con Simone (a sus competencias). Ha sido un sacrificio de nuestra parte porque esto es algo que nuestra hija disfruta y le apasiona. Estamos dispuestos a ir con ella en este viaje”, confiesa su madre Nellie.
Con estos apoyos, Simone Biles se ha convertido en la gran reina de la gimnasia en Río 2016.
Fuente: ReL