Marchas por la vida en Concepción y Los Ángeles se tomaron el sur de Chile
Dos multitudinarias manifestaciones se hicieron sentir con fuerza en el sur del país, este fin de semana. Pero esta vez no los impulsaba el reclamo de deudas sociales sino algo mucho más fundamental (y más descuidado) como es la defensa de la vida de los no nacidos. En Concepción el templo catedral se hizo estrecho para contener a más de 3.500 personas que se reunieron en una jornada de oración por la vida, frente al proceso legislativo que debate un proyecto de aborto en el país, mientras en Los Ángeles las calles de la ciudad se tenían con los colores de los convocados por organizaciones pro vida.
En efecto, en Los Ángeles, en una multitudinaria marcha convocada por la Iglesia católica, más de un millar de personas salieron a las calles céntricas de la ciudad para manifestarse en contra de una posible aprobación de ley de aborto. Como indicó el obispado en una comunicación oficial, “en un escenario donde reina el egoísmo, el temor a perder más que pensar en lo que puedo dar, donde predomina la satisfacción personal y los placeres mundanos, la moralidad se muestra quebrantada, turbia y perturbada en una sociedad confundida y desorientada, surgen voces valientes, sensatas proclamando, en medio de un mundo de indiferencias, la defensa a la vida del que está por nacer.”
En tanto en Concepción, las personas llegaron desde las localidades de la zona en distintos medios y se encontraron en el frontis de la catedral, que lucía gigantescas cintas de color y una pancarta “Celebra con nosotros la vida”. La lluvia no amilanó a las numerosas familias que llegaron con sus hijos para compartir con alegría la defensa de la vida. En la eucaristía, el arzobispo Chomali mencionó con agradecimiento las diferentes procedencias, para luego detenerse en oportunas reflexiones contra el aborto.
Palabras de Mons. Chomali
Tres testimonios conmovieron a los asistentes, lo que también fue resaltado por Monseñor Fernando Chomali en su homilía, en la celebración de la Santa Misa. “Muchas gracias a las personas que han llegado de tan distintos lugares de la zona, Contulmo, Cañete, Lebu, Curanilahue, Arauco, Talcahuano, del campo, Cabrero, Yumbel, Cabrero, Tomé, colegios, movimientos, y muchos los sacerdotes, que han dejado sus actividades para estar aquí”, expresó.
Luego reflexionó en torno al encuentro. “¿Qué nos une? Nos une la fe, nos une la ciencia que dice que el ser humano comienza desde el momento de la fecundación. Pero nos une algo mucho más básico: nos une el sentido común. El sentido común nos dice que lo que hoy algunos legisladores han puesto en cuestión. Ese es el drama. Si sus propias madres hubiesen pensado como ellos piensan, tal vez no estarían legislando”.
Subrayó que el primer derecho, “el derecho más fundamental, la madre de todos los derechos, el fundamento de todos los derechos, es el derecho a que se respete la vida humana. Desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Es por eso que estamos aquí”.
Llamó a que “cada uno tiene que ser misionero de la vida, misionero del amor, misionero de la esperanza, porque esta ley de aborto es una ley sin esperanza, porque no pueden creer que una vida humana puede vivir en medio de las dificultades. ¿Quién, entre quienes estamos aquí, no tiene dificultades?. A pesar de eso, queremos vivir y amamos la vida. Nadie tiene derecho a decidir la vida que merece ser vivida. Algunos lo van a hacer. En ese sentido, agradezco el testimonio de Francisca y todos somos Francisca, en cierto, sentido. Y aquí estamos batallando, luchando y trabajando, porque la vida es hermosa y bella y vale pena vivirla. Muchos creen que no vale la pena vivir la vida y nosotros nos negamos a eso”.
Monseñor Chomali también llamó a vivir la misericordia y la solidaridad. “Pero junto con cuidar la vida en el vientre materno, tenemos que cuidar a aquellas personas que son maltratadas; tenemos que cuidar al obrero al que no se le paga su sueldo; tenemos que cuidar al anciano que está solo; tenemos que cuidar a la mujer abandonada; tenemos que promover una cultura de la vida, una cultura de la solidaridad. Muchas veces abandonamos a quienes están con dificultades y puede haber embarazos difíciles. Y los hay. A veces, hay dramas humanos muy profundos. Nosotros no desconocemos eso, lo sabemos; tenemos facultades de Medicina en todas partes del mundo, pero el problema es cómo resolvemos estas dificultades”.
Dijo que “nosotros no creemos que la violencia, que significa terminar con la vida de un inocente, sea solución de nada. El aborto no es una solución; el aborto no es una terapia y ningún médico que tenga un mínimo de sentido ético estaría por aprobar una ley de aborto, porque significa eliminar una vida inocente. Por eso, aquí, personas tan distintas, decimos juntos al clero de Concepción, a los sacerdotes, a las religiosas, a los seminaristas, a los legisladores ¡no queremos una ley de aborto en Chile! Y pedimos con mucha humildad, pero con mucha fuerza, a quienes tienen esa responsabilidad, que nos miren, que nos escuchen, porque somos muchos más de los que ellos creen”.
Sostuvo que defender la vida contra el aborto “es una tarea de todos y tenemos que comenzar a promover la cultura de la vida con mucha más fuerza; tenemos que formarnos más, adecuadamente, tener nociones de biología para que no nos vengan a engañar, porque desde el primer embrión, ese cigoto, nace un ser humano; formarnos también en filosofía porque la vida es un proceso continuo que no pierde su esencia y saber también teología para tener la certeza que Dios es el único dueño de la vida y la muerte y cada ser humano es una maravilla, porque es el reflejo de Dios”.
Finalmente, invitó a continuar y no dejarse engañar. “En todas partes del mundo comenzaron con tres causales y terminaron con el aborto. No nos van a engañar. Nosotros queremos la vida”, enfatizó.
En el portal Iglesia.cl puede revisar imágenes de las marchas en Los Ángeles y en Concepción.
Fuente: Comunicaciones Concepción / Comunicaciones Los Ángeles