Una aparición de la Virgen en silencio y una lluvia de milagros encienden la fe en el verde corazón de Irlanda

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El mayor santuario mariano de Irlanda, al que acuden cada año millón y medio de peregrinos, se origina en una aparición que tiene un rasgo muy singular: el silencio orante.

Una intensa lluvia caía sobre la paupérrima aldea de Knock, Irlanda, al anochecer del 21 de agosto de 1879. La mayoría de sus escasos habitantes se habían retirado al interior de sus hogares en busca de refugio y algo de calor. Sólo dos mujeres apuraban el paso en la intemperie; eran Mary Mcloughlin y Mary Byrne, la encargada habitual de cerrar la parroquia de Knock, dedicada a San Juan Bautista.

Cuando pasaron junto a la parte trasera del templo, se detuvieron de golpe, asombradas: sobre la pared, envueltos en una luz que rompía la noche, les observaban en silencio la Virgen María, San José, San Juan Evangelista y Jesús bajo la figura de un Cordero. La Virgen llevaba un largo vestido blanco abrochado en el cuello, mientras sus manos y sus ojos miraban al cielo como si estuviera rezando, dirían los videntes. En su cabeza portaba una corona brillante ajustada en su frente por una rosa. A la derecha de la Virgen se encontraba San José, vestido con una túnica blanca, con la cabeza vuelta ligeramente hacia ella; a su izquierda San Juan Evangelista, con vestiduras de obispo. En su mano izquierda llevaba un libro y levantaba la derecha como si estuviera predicando. Detrás de ellos y sobre un altar se encontraban una cruz, la figura del Cordero y seis ángeles. Las figuras se encontraban suspendidas en el aire a medio metro de altura sobre la pared del templo.

Las dos mujeres, sin salir de su asombro, avisaron rápidamente a más vecinos del pueblo. Llegaron 15 personas que pudieron atestiguar el milagro y se pusieron a rezar el Rosario. El grupo era muy heterogéneo: hombres y mujeres de entre 5 y 75 años. La aparición se prolongó por dos horas bajo una lluvia torrencial. Ellos estaban completamente mojados, pero el suelo y la pared permanecieron secos durante toda la aparición.

Una de las ancianas presentes, Brigid Trench, intentó besar los pies de la Virgen, pero no consiguió hacerlo. No había “cuerpo” que besar; era una aparición. Otros vecinos del pueblo, ajenos a lo que ocurría, aseguraron después haber notado una luz muy brillante iluminando el área alrededor de la iglesia.

La Iglesia investiga el suceso
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Santuario de Knock. De fondo, el mosaico representando la aparición

Tan sólo 6 semanas después de la aparición, las autoridades eclesiásticas comenzaron a investigar lo sucedido. El arzobispo de Tuam, John MacHale nombró una comisión que examinó a los quince testigos. La testigo de mayor edad era una señora de 74 años, el más joven sólo tenía 5. Se dictaminó que el testimonio de todos era fiable y satisfactorio. En el año 1936 otra segunda comisión ratificó la primera investigación tras interrogar nuevamente a los tres testigos que todavía vivían de la aparición. Todos confirmaron sus declaraciones originales de 1879. La Santa Sede también aprobó las apariciones.

El más joven de todos los que asistieron a la aparición de la Virgen era el pequeño John Curry, que en ese momento tan sólo tenía cinco años. Su primo, de 11 años, lo había levantado sobre una valla para que pudiera ver la aparición. A los 25 años emigró a Estados Unidos en busca de trabajo, pero murió en la pobreza a los 68, asistido por las Hermanitas de los Pobres.

Su cuerpo ha sido recuperado recientemente de una tumba sin nombre para rendirle homenaje y enterrarle con todos los honores. Ahora descansa en la Basílica de Saint Patrick de Nueva York con una lápida que lo señala como testigo de esta aparición.

A partir de aquel momento miles de enfermos empezaron a peregrinar desde distintas partes de Irlanda hasta el Santuario de Knock. Y se produjeron numerosas curaciones extraordinarias.

La única aparición reconocida por la Iglesia en la que la Virgen no dejó mensajes
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Papa Francisco en 2018 durante su visita al santuario

A diferencia de otras apariciones marianas, en Knock ni la Virgen ni sus acompañantes pronunciaron palabras. En este aspecto radica la particularidad de esta aparición: su presencia se convirtió en el mensaje. La Virgen quiso llenar de esperanza y consuelo a una zona de Irlanda duramente golpeada por el hambre y por la pobreza.

Distintos expertos han realizado una aproximación al significado último de esta aparición: La Virgen quiso estar acompañada de su esposo y de quien hizo las veces de su hijo tras la muerte de Jesús en la cruz, el apóstol San Juan: “hijo, ahí tienes a tu Madre; Madre, ahí tienes a tu hijo”. Su mensaje sin palabras es claro: no os dejamos solos, estamos aquí con vosotros.

Junto a la antigua iglesia se construyó el nuevo santuario y durante el último cuarto del siglo XX, se convirtió en destino de peregrinaciones llegadas de todo el mundo. San Juan Pablo II visitó el santuario en 1979, año en el que se celebraba su centenario, Santa Teresa de Calcuta en junio de 1993 y el Papa Francisco el 26 de agosto de 2018.

Lluvia de dones
Las figuras de San José, Nuestra Señora y San Juan Evangelista

Entre las curaciones más sorprendentes se encuentra aquella repentina y sin explicación médica posible de una mujer con esclerosis múltiple, Marion Carroll, en 1989. En su primer embarazó notó que tenía extraños problemas de salud, pero en esa época se conocía poco dicha enfermedad. Desde 1985 ya no hubo mejorías y quedó prácticamente paralizada en casa.

Un domingo de septiembre de 1989 todo cambió. Su hígado tenía varias infecciones, estaba paralizada y quizá le quedaban pocos días de vida. Aquel día unos amigos se habían ofrecido para llevarla al santuario de Knock en camilla. Ella aceptó tan solo para que su marido e hijos pudieran descansar durante unas horas, puesto que requería atención para todo. Ya en el Santuario, tras sentir un fuerte dolor en sus tobillos notó una sensación de felicidad en su interior. Estaba curada, para desconcierto de todos sus médicos…

Santuario convertido en meta de peregrinos

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La actual basílica-santuario

Considerado como el “Lourdes” de Irlanda, la fama de Knock se extendió por el mundo gracias a las oleadas de emigrantes. No hay familia irlandesa que al abandonar su país no lleve consigo una imagen de la Knock Muire, “la Colina de María”. La construcción de la nueva basílica se llevó a cabo en 1967 gracias al esfuerzo de quien fue su párroco, James Horan. Consiguió además que se construyera en 1985 un aeropuerto. La primera piedra fue bendecida en 1973 por el futuro San Pablo VI. Un dato muy singular del nuevo edificio del Santuario es que reposa sobre 32 pilares, construidos con piedra y material de cada uno de los 32 condados de la isla.

El 19 de marzo de 2021 el Papa Francisco elevó este santuario a la categoría de “Santuario Internacional de Especial Devoción Eucarística y Mariana”. Saludando a los fieles irlandeses a través de un video, el Santo Padre subrayó que “el mensaje que viene de Knock es el gran valor que tiene el silencio para la fe… En la aparición de Knock, la Virgen no dice una palabra. Sin embargo, su silencio es también un lenguaje; de hecho, es el lenguaje más expresivo que se nos da … Los brazos de la Virgen en posición de oración son todavía hoy ejemplo de cuán fundamental es la vida de oración, que llega como mensaje de esperanza desde este Santuario”, enseña el Pontífice.

Fuente: Cope.es / Vatican News