Reflexión para Diciembre 2018
Con la llegada de Navidad, dispongamos el corazón para convertirlo en nuestro Pesebre, digno de recibir al Niño Dios, su Madre Santísima y San José. Que estas meditaciones de San Juan XXIII, tomadas de sus comentarios a los Misterios Gozosos, nos puedan ayudar:
- El acontecimiento más importante de todos los tiempos. El punto más luminoso de la unión del cielo con la tierra. María inmaculada, la flor más bella de la creación, responde al mensaje celestial: Yo soy la esclava del Señor. ¡Acepto! E inmediatamente concibe al Hijo del Dios y se convierte en madre nuestra. La tarea más importante y duradera que tenemos que hacer consiste en darle gracias a Dios por haber aceptado hacerse hombre para salvarnos y por ser hermano de los hijos de María.
- Jesús nace de un seno virginal y su madre lo acuesta en un pesebre. A su alrededor, silencio, pobreza, sencillez, pureza. Tras el canto de los ángeles, viene la música de los pastores… Todos los pueblos se arrodillan en torno al pesebre.
- José está allí cuando Jesús, en brazos de María, aparece entre los dos Testamentos, como la luz de la revelación. Durante las diez avemarías alegrémonos de la expansión de la Iglesia. La Iglesia crece entre persecuciones, en un horizonte cuajado de esperanza y de gozo agradecido.