Jacqueline Aubry y las apariciones de Ntra. Señora de la Oración

La vidente Jacqueline Aubry partió hacia el Padre el 15 de marzo último, a la edad de 80 años.

Jacqueline Aubry

Jacqueline Aubry

Hace solo unos años aún se la podía ver barriendo o arreglando las flores en la iglesia de Saint-Gilles de L’Île-Bouchard (comuna de Indre-et-Loire, centro-oeste de Francia). Fue allí donde el 8 de diciembre de 1947, cuando tenía 12 años, ella junto con su hermana Jeannette, su prima Nicole Robin y Laura Croizon, una vecina, recibieron la gracia de ver por primera vez a la Virgen María.

Las apariciones se repetirían todos los días durante una semana. Acompañada del ángel Gabriel, “la Bella Dama”, como la llamaban las pequeñas videntes, las invitaba a “rezar por Francia, que está en gran necesidad”. En efecto, recién concluida la Segunda Guerra Mundial, el país estaba al borde de la guerra civil, con un Partido Comunista “sovietizado” y muy dispuesto a tomar el poder.

Jacqueline fue curada entonces milagrosamente de un grave problema de visión que la aquejaba desde pequeña.

Medio siglo más tarde, el 8 de diciembre de 2001, Mons. André Vingt-Trois, entonces arzobispo de Tours (hoy arzobispo de París), autorizó el culto público y las peregrinaciones a Nuestra Señora de la Oración, título bajo el cual se reza ahí a la Santísima Virgen.

(Lee aquí el relato de las apariciones de 1947)

Partida y regreso

Jacqueline Aubry se dedicó a la oración toda su vida y a hacer el bien a todos los que la rodeaban. Institutriz en Tours, donde era muy apreciada por sus alumnos, la vidente despertó en muchos de ellos la vocación sacerdotal o religiosa.

Una vez jubilada, Jacqueline volvió a vivir a L’Île-Bouchard en 1992. Cada año el número de peregrinos no deja de crecer en el pequeño pueblo de Indre-et-Loire, alcanzando los 80.000 al año. En la iglesia de Saint-Gilles se recogen en oración ante la estatua que representa a la Virgen María y al ángel Gabriel, según las indicaciones de Jacqueline. Ella, sin embargo, no se presentaba, ni siquiera ante quienes acudían para conocerla.

Hasta que la enfermedad se lo impidió, la vidente de L’Île-Bouchard asistía diariamente a misa y al rosario en la iglesia de Saint-Gilles. Allí encomendaba las numerosas intenciones que le confiaban. Desde 1998 formaba parte de la Comunidad del Emmanuel (es.emmanuel.info).

El don de contarlo como recién vivido

Entre los cientos de personas que asistieron a su funeral se encontraba Jean-Romain Frisch, autor de varias obras sobre las apariciones, quien compartió con el portal católico Aleteia algunos detalles de su vida.

Jacqueline Aubry

Las cuatro niñas en la época de las apariciones. Jacqueline aparece al extremo izquierdo – (Pinchar para abrir imagen a tamaño completo)

Explica que ella había recibido de la Virgen María la misión de dar a conocer las apariciones. Lo hizo en privado durante buena parte de su vida, y a partir de los años 80, en público. Dejó de hacerlo personalmente en 2012 aunque sí mediante vídeo, la última vez en noviembre de 2014. Desde 2015 vivía en una residencia dirigida por religiosas agustinas.

“Se atenía a los hechos”, explica Frisch, “sin comentarios personales, o muy pocos. Tenía la gracia de conservar cierta frescura en el relato. Cuando la escuchabas, revivía los acontecimientos. Para ella no se trataba de una repetición o de un papel de teatro. Cada vez era como si contase su historia por primera vez, y ella lo consideraba una gracia”. Frisch cuenta que Jacqueline vivió con gran sencillez, y que haber presenciado aquellos hechos “no se le subió a la cabeza”: “Se mantuvo en la humildad y discreción más absolutas. Jamás se dio importancia y vivió como seglar en el mundo”. El escritor explica que cuando ella rezaba “sentías a su lado el poder de la oración y te arrastraba”.

Conoció un poquito de cielo

En sus últimos años, a consecuencia de su enfermedad (demencia por Cuerpos de Lewy), no se pudo manifestar una de las características más notables de su personalidad: la alegría.

“¡Amaba la vida!”, recuerda Frisch: “De las apariciones le había quedado una alegría profunda, porque además María le había dado a gozar un poco de esa felicidad del cielo durante aquella semana de 1947. Tenía una alegría interior y una serenidad que se mantuvieron intactas a pesar de las dificultades que pasó durante su vida”.

Habiendo fallecido Laura en 1999 y Jeannette en 2011, de las cuatro niñas sólo queda con vida Nicole, con 78 años y que vive dedicada a sus nietos. Testificó en 2001 ante la comisión que estudiaba las visiones, pero nunca ha dado testimonio público.

jacqueline aubry altar aparición

Altar de la aparición, con las imágenes de María Santísima mostrando el Rosario y San Gabriel sosteniendo una rama de lirios.


Fuente: CariFilii