“El Rosario es el Eco de Jesús”
Hace poco me titulé como Técnico en Educación Especial, labor que me ha permitido trabajar con personas ciegas y entre ellas conocer de verdad el rostro de Jesús. Lograr esto fue uno de los regalos más grandes de mi vida, y se lo debo a la Virgen, que cuida todos mis pasos.
Con el rosario, las dificultades devienen en gracias
Fue un proceso difícil pues, como muchos estudiantes, para costear la carrera debí trabajar en forma paralela y eso me obligó a dejar mi pasión: ser catequista en la parroquia. Me dolió mucho alejarme de mis amigos, pero hubo algo que nunca dejé: el rezo del rosario todos los días. Con él llenaba ese vacío de cambiar un sábado de parroquia por un call center escuchando reclamos. Cada mañana me levantaba temprano a clases y me iba rezando el rosario, poniendo en oración los acontecimientos de mi vida: las notas, los trabajos, los compañeros, las diferentes prácticas del instituto. Al final todo me ayudaba para acercarme más a Dios. Así pasaron dos años, pero descubrí que en el trabajo también podía ser catequista; cuando mis compañeros me veían en el patio del trabajo rezando el rosario me preguntaban cómo se rezaba. Nunca me juzgaron y yo me mantuve abierta a sus opiniones.
El rezo del rosario ha sido un ancla en mi vida estudiantil y laboral. Ha sido el mayor tesoro que conservo, porque me ha permitido seguir en comunión con Dios. El rosario es el eco de Jesús, cada vez que uno dice “Dios te salve María”, la Virgencita responde “Jesús”.