Un Genio que reza el Rosario: entrevista a Ennio Morricone

Ennio Morricone es un enamorado de Dios que busca aproximarse a Él y aproximarlo a todo ser humano, en sus creaciones. La osadía de los que aman, pero con la sabiduría del anciano es lo que regala el destacado compositor italiano en esta entrevista a Credere, traducida gracias al portal católico Portaluz:

Ennio-Morricone-franja“La música —dice de entrada el maestro Morricone— es un arte que para convertirse en esposa o hermana de la película necesita el mismo elemento que caracteriza a la película: el tiempo. La temporalidad hermana al cine y la música. ¿Pero de dónde viene la música?: De otro lugar, misterioso”.

Menos misterioso es saber que la fe es muy importante en su vida Maestro…

Ennio Morricone: Provengo de una familia cristiana. Mi fe nace en la familia. Mis abuelos eran muy religiosos. Con mi madre y mis hermanas siempre orábamos antes de ir a la cama. Recuerdo la época de la guerra. Durante esos años terribles rezábamos el Rosario. Todos estábamos muy impactados. Me veo a mí mismo, ahora, como en un sueño, respondiendo el Ave María de mi madre. Siempre hemos sido religiosos. Los domingos íbamos a misa y nos acercábamos al sacramento de la Comunión.

¿Qué revela en un hombre su identidad creyente?

E. M.: Si es honesto, altruista, respetuoso de Dios y el prójimo. Ama a los demás, incluso si la palabra amor significa renuncia; pero es así. Esto es importante. Realmente buscar el bien de los demás y no dañar al prójimo con mis actos. Me parece perfectamente normal y expresa respeto, hacer algo por la persona con quien me encuentro.

Son valores que le ha transmitido su familia…

E. M.: Sí, y también la capacidad de sacrificio. En este tiempo es urgente sacrificarnos aún más… Con mi esposa, que es una persona bondadosa, dedicada, hemos habituado a nuestros hijos a vivir la generosidad. No digo que mis hijos ya lo han logrado plenamente, no sé, pero sé que son muy buenos niños… Amar a los demás como te amas a ti mismo; aquí (en su familia), esto es una forma normal de ser.

¿Cuánto puede la música acercarnos a Dios Padre?

E. M.: La música es sin duda cercana a Dios. La música se proyecta al mismo tiempo en el alma y en el cerebro del hombre. Le permite orar… La música es el único arte verdadero que realmente nos acerca al Padre eterno, a la eternidad. Me digo a mí mismo, también se lo he dicho a mi esposa, que la música ya existía, ¡toda! La música que se escribe y se escribirá. El compositor solo la toma y se la lleva…

El público en general sabe poco de su extraordinario repertorio de música contemporánea, como usted lo ha descrito… que estos sonidos tienen a menudo una llamada a lo espiritual.

E. M.: El director Luciano Salce, en cuyas manos puse música para varias películas, con quien éramos amigos —permanecimos como amigos hasta su muerte—, un día me llamó y me dijo: “Tengo que dejarte”“¿Por qué?”, le dije… “Porque yo hago comedias y tú haces una música espiritual, sagrada. Estoy obligado a dejarte”, respondió. Este episodio me marcó mucho. Gracias a él empecé a razonar sobre ello. Probablemente a veces expreso lo sagrado incluso cuando no es mi intención hacerlo…

De hecho, en su repertorio también encontramos música sacra, explícita. Hace algunas semanas presentó la Missa Papae Francisci, un homenaje al Papa Francisco de intensa y particular belleza.

E. M.: En verdad se me pidió como una composición para coro de la iglesia de Santa María de los Ángeles en Roma con motivo de un Festival al que asistirían seis coros, provenientes de todo el mundo. Decidí componer una ópera, donde se cantase sólo la palabra “Amén”, pero debía involucrar a los seis coros. Luego Egisto Macchi me pidió que escribiera un Vía Crucis. Yo le respondí que sí. Además yo había escrito hacía poco una música sobre la Creación. El aire, la luz, el agua, el fuego, la tierra, el hombre. Entonces, la torre de Babel de la que brota, en hebreo, una multitud de voces… vino en un crescendo cada vez más imponente.

¿Cuál es la historia bíblica que ama recordar?

E. M.: Las parábolas de Cristo, sin lugar a dudas. La historia de las Bodas de Caná me emociona mucho. ¿Cómo no recordar la Pasión? Momento importante para la vida de Cristo y para todos nosotros.

“La Misión” es, tal vez, la película que le ha permitido exponer con mayor intensidad la conversión de la conciencia humana. Mientras se narra un doloroso período padecido por la Iglesia, su música crece entre canción y canción, llegando a picos de muy alto poder espiritual que expresan una fuerte petición de perdón…

E. M.: El co-productor de la película, Fernando Ghia, me llevó a Londres para ver la película. Antes del final, yo estaba llorando; en la masacre de los indios y jesuitas a manos de portugueses y españoles. Tenía ante mí al director con los dos productores y yo dije: “No, yo no haré la música, ya es hermoso así”. Creo que estuve llorando media hora. Y ellos insistieron. Hasta que me di por vencido: “Bien… haré la música”. Yo no quería hacerla, porque si era incorrecta, podía arruinar la película. Trabajé en tres elementos distintos que no podía ignorar, el oboe del padre jesuita Gabriel, la música coral y la de la etnia india; creo que fue un milagro poder componer esa música en la que tres combinaciones independientes de sonidos trabajan simultáneamente.

La música puede ser una intensa oración.

E. M.: ¡Cierto! Pero más allá de la música se necesitan palabras, intenciones, concentración. Yo rezo una hora al día, incluso más. Es lo primero que hago. También durante el día, si se da la ocasión. Por la mañana me paro frente al Cristo (en el gran salón, iluminado por una ventana, hay una hermosa imagen de Jesús) y al anochecer. Espero que mis oraciones sean escuchadas.

50 Años de logros y premios en la tierra…ennio_en_casa

Ennio Morricone nació en Roma el 10 de noviembre de 1928. Se graduó en el Conservatorio de trompeta y composición. Se hizo famoso en todo el mundo mediante su producción musical para el cine, en especial para las películas de spaghetti western “Por un puñado de dólares” (1964), “Por unos dólares más” (1965), “El bueno, el malo y el feo” (1966), “Érase una vez Occidente” (1968) y “Por un puñado de dinamita” (1971). Ha creado la música para otras 400 películas —una de sus obras maestras fue la banda sonora para “La Misión”, película de 1986 dirigida por Roland Joffé y coprotagonizada por Jeremy Irons y Robert DeNiro—. Trabajó con directores como Gillo Pontecorvo, Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Giuseppe Tornatore, Brian De Palma, Roman Polanski, Oliver Stone, Pedro Almodóvar, Roland Joffé. Recibió 27 Golden Records, 7 discos de platino, 7 David di Donatello, 3 Globos de Oro, un premio Grammy, así como el León de Oro y un Oscar por toda su carrera.

Fuente: Portaluz.org