El rezo del Rosario aplaza tres días la muerte de un católico ejemplar

Junto a milagros abismantes, el Santo Rosario es capaz de obtener milagros íntimos, conmovedores por su delicadeza y señal indeleble del paso de Dios en las vidas de sus hijos. Eso sucedió con el teniente coronel Davy Bolton, fallecido en noviembre de 2013 debido a una enfermedad degenerativa. Su historia es recordada por su hermano Joe Bolton a través de su blog.

_uniforme__davy_miller__acompanado_de_su_hermano_dennis__quien_ha_dado_a_conocer_la_historia_

A la izquierda, de uniforme, Davy Bolton, acompañado de Dennis Miller, estrella de la radio y la televisión norteamericanas.

Conversiones a su alrededor

Joe recuerda la “generosidad silenciosa” de Davy, su amor por su familia, su liderazgo, la confianza con que le seguían sus hombres en el Ejército. Cuando se declaró su enfermedad (Esclerosis Lateral Amiotrófica), Davy suscitó actos de compasión, amor y generosidad. Vecinos, amigos y familiares, incluso extraños, fueron a visitarlo y acompañarlo, de manera que sus sufrimientos “se convirtieron en una oportunidad para mucha gente de pensar en los demás en vez de en sí mismos”, recuerda su hermano. Más adelante relata: “Un día, un oficial compañero suyo me dijo que la belleza interior de Davy le había devuelto el amor por su fe católica, que había perdido. Otros empezaron a rezar por primera vez, algunos a rezar el Rosario diariamente, otros a asistir a misa a diario. Al principio esas oraciones eran por Davy y por nosotros, pero a medida que pasaba el tiempo Jesús usaba nuestras renovadas vidas de oración para una relación más profunda de amor con Él”.

Dos horas de oración, tres días de prórroga

Las complicaciones finales de la enfermedad forzaron la hospitalización de Davy. “Lo que sucedió en el hospital durante esa última estancia fue para nosotros la más profunda y misteriosa lección”, evoca Joe. No fue, en sentido estricto, un milagro, pero todos vieron en los hechos una intervención del cielo.

“Mientras mis hermanos Peter y Patrick, nuestra madre y yo estábamos sentados junto a él, la presión le bajó repentina y drásticamente. Davy dejó de reaccionar. El médico se apresuró a hacer todas las pruebas de reanimación, incluso gritándole al oído. Ni siquiera una potente luz en sus ojos hizo responder a su pupila. Aunque Davy aún tenía un pulso débil y algo de presión sanguínea, estaba, a todos los efectos prácticos, muerto. El equipo médico ya no podía hacer nada por revivirle. Todo el mundo estaba convencido de su inminente muerte clínica”.

Poco después, por pura coincidencia, llegó a la habitación el párroco de Davy y todos los presentes rodearon al enfermo, rezando durante dos horas dos rosarios enteros, la coronilla de la Divina Misericordia y el Oficio Divino. “Lenta y milagrosamente, sin intervención médica alguna, Davy comenzó a volver, abriendo y cerrando los ojos y musitando algunas de las oraciones con nosotros. Aún tuvo tiempo de ver por última vez a nuestra hermana Charlene y al primo Jim y pasar unos últimos momentos con sus hijos Michael y Andrew y con nuestros padres”.

Ángeles de la guarda

Davy vivió tres días más luego de esa conmovedora experiencia, la cual Joe atribuye también a los ángeles de la guarda de todos los presentes ese día, pero en particular al rosario rezado en común.

Hoy el rosario de Davy, por el cual el cielo obsequió tres días de gracia a fin de seguir irradiando el bien, está sobre su lápida, para edificación de quienes le acompañaron entonces y estímulo de fe a cuantos conocen su historia.

Fuente: http://www.carifilii.es/