Fátima y el Rosario

En el Portugal rural de 1917 no era inusual ver a niños llevando sus rebaños a pastorear. Esto es lo que los niños de la familia Marto y Santos, todos primos, hacían en esos días. Casi siempre eran Lucía Santos, Francisco Marto y su hermana Jacinta, los que con gusto tomaban esta responsabilidad agradecidos por la oportunidad de estar al aire libre y de jugar mientras las ovejas pastoreaban en silencio. Ellos llevaban a pequeños grupos a parcelas pertenecientes a sus padres en diferentes partes de la sierra. Cercanos eran el pueblito de Fátima y Aljustrel (donde vivían los niños). Dos miradores favoritos eran las colinas que miraban a Aljustrel, cerca de un campo llamado Loca do Cabeço y Cova da Iria a cierta distancia de Fátima. En estos lugares ocurrieron las apariciones que cambiarían el curso de la vida de estos niños y de la historia del siglo XX.

virgen de fatima y el rosario un rosario por chile

Apariciones de la Santísima Virgen María en 1917

Los pequeños fueron preparados por la Providencia con tres apariciones del Ángel de Portugal. Casi 8 meses después de la última aparición Lucía (10 años), Francisco (9) y Jacinta (7) continuaron con lo que el ángel les había enseñado, orando y ofreciendo sacrificios al Señor. El 13 de mayo de 1917, llevaron sus ovejas a unas colinas que pertenecían al padre de Lucía conocidas como Cova da Iria. Fue ahí, solo con una excepción, donde la Santísima Virgen bajo el nombre de Nuestra Señora del Rosario se les apareció en seis ocasiones ese año, y una en 1920, sólo a Lucía.

Importante era la situación a nivel mundial. La Primera Guerra Mundial hacía estragos en Europa. En la lejana Moscú, Lenin preparaba la revolución comunista que volcó el orden social Ruso en Noviembre de 1917. Extraordinario fue el mensaje de la Santísima Virgen que anunció el fin de la guerrra y que “Rusia esparcirá sus errores por el mundo”. El mensaje de Fátima, dividido en tres partes, y de los cuales conocemos dos, no pierde actualidad por ser un referente para los católicos y la humanidad del siglo XX.

La Santísima Virgen, también, continuó presentando e incentivando la devoción del Santo Rosario, que ya se había propagado en Europa con las aparciones de Lourdes. En las seís apariciones de Fátima, la Virgen pidió el rezo diario del Rosario, y en la última se identificó como la Señora del Rosario.

En la primera aparición el 13 de Mayo de 1917, la Virgen les dice a los 3 pastorcitos:

“Recen el Rosario cada día para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra”

En la segunda aparición, el 13 de Junio del mismo año, le dice la Virgen a Lucía:

“Quiero que recen el Rosario todos los días.”

En la tercera aparición, el 13 de Julio, la Virgen le recomienda a Lucía:

“Yo quiero que continúes rezando el Rosario cada día, en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz en el mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella puede ayudarte.”

El 19 de Agosto, en la cuarta aparición, la Virgen le insiste:

“Quiero que continúes rezando el Rosario todos los días.”

En la quinta aparición, el 13 de Septiembre:

“Continúen rezando el Rosario para obtener el fin de la guerra” (los peregrinos rezaban el Rosario mientras esperaba la aparición).

En la sexta y última aparición a los 3 pastorcitos, el 13 de Octubre de 1917, les dice la Virgen María:

“Yo soy la Señora del Rosario. Continúen siempre rezando el Rosario cada día. La guerra va a su fin y los soldados pronto regresarán a sus casas”.

 

Fuente: catholic.net / corazones.org