¿Necesitamos la oración para salvarnos?
En este artículo, un resumen de la primera parte de la obra de San Alfonso María de Ligorio* “La Oración Gran Medio de Salvación”, veremos qué es la oración y cuán necesaria es para nuestra salvación eterna.
¿Qué es la Oración?
La oración es la elevación del alma y del corazón a Dios, para adorarle, darle gracias y pedirle lo que necesitamos.
Necesidad de la Oración
Cuando quieren demostrarnos la necesidad que tenemos de la oración para salvarnos, nada más claro que el lenguaje de las Sagradas Escrituras: Es menester orar siempre y no desmayar… Vigilad y orad para no caer en la tentación… Pedid y se os dará…
El hombre por sí solo es completamente incapaz de alcanzar la salvación eterna, porque el Señor dispuso que todo lo tenga con la ayuda de su gracia.
Y esta ayuda de la gracia, no la concede el Señor, sino a aquel que reza. Firmemente creemos que nadie desea llegar a la salvación si no es llamado por Dios… que nadie camina hacia ella sin el auxilio de Dios… que nadie merece ese auxilio, sino el que se lo pide a Dios.
Entonces, si tenemos que nada podemos sin el socorro de Dios y por otra que ese socorro no lo da ordinariamente el Señor sino al que reza ¿quién no ve aquí la consecuencia de que la oración es absolutamente necesaria para la salvación?
A la manera que quiso el Señor que sembrando trigo tuviéramos pan y plantando vides tuviéramos vino, así quiso también que sólo por medio de la oración tuviéramos las gracias necesarias para la vida eterna. Son sus divinas palabras Pedid… y se os dará… Buscad y hallaréis. (Mateo 7,7)
Reconozcamos que somos mendigos y que todos los dones de Dios son limosna de su misericordia. Lo mismo demuestra San Juan Crisóstomo con esta comparación: A la manera que la lluvia es necesaria a las plantas para desarrollarse y no morir, así nos es necesaria la oración para lograr la vida eterna. O así como el cuerpo no puede vivir sin alma, de la misma manera el alma sin oración está muerta y corrompida. Corrompida, porque aquel que deja de rezar bien pronto queda corrompido por multitud de pecados.
A la oración también se le llama alimento del alma porque si es verdad que sin alimento no puede sostenerse la vida del cuerpo, no lo es menos que sin oración no puede el alma conservar la vida de la gracia.
Todas estas comparaciones de los santos vienen a demostrar la misma verdad: la necesidad absoluta que tenemos de la oración para alcanzar la salvación eterna.
Fuente: La Oración gran Medio de Salvación. Redacción actualizada y resumida.
*San Alfonso María de Ligorio (1696-1787). Doctor de la Iglesia, fundador de los Redentoristas y gran maestro de teología moral.