Papa Francisco: “Orad por las Vocaciones”
Hace pocos días se dio a conocer el mensaje que el Papa Francisco ha enviado a los obispos, sacerdotes, consagrados y fieles de todo el mundo, por la 51 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que tendrá lugar el próximo 11 de mayo, bajo el tema: “Vocaciones, testimonio de la verdad”.
“El Evangelio –dice el Papa Francisco– relata que “Jesús recorría todas las ciudades y aldeas… Al ver a las muchedumbres, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas. Entonces dice a sus discípulos: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies”.
“Estas palabras nos sorprenden, porque todos sabemos que primero es necesario arar, sembrar y cultivar para poder luego, a su debido tiempo, cosechar una mies abundante. Jesús, en cambio, afirma que “la mies es abundante”. ¿Pero quién ha trabajado para que el resultado fuese así? La respuesta es una sola: Dios. Evidentemente el campo del cual habla Jesús es la humanidad, somos nosotros. Y la acción eficaz que es causa del “mucho fruto” es la gracia de Dios, la comunión con él.
“Por tanto, la oración que Jesús pide a la Iglesia se refiere a la petición de incrementar el número de quienes están al servicio de su Reino.
“Es Cristo, quien continuamente nos interpela con su Palabra para que confiemos en él, amándole “con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser”. Por eso, toda vocación, requiere siempre un éxodo de sí mismos para centrar la propia existencia en Cristo y en su Evangelio. Tanto en la vida conyugal, como en las formas de consagración religiosa y en la vida sacerdotal, es necesario superar los modos de pensar y de actuar no concordes con la voluntad de Dios.
“No debemos tener miedo: Dios sigue con pasión y maestría la obra fruto de sus manos en cada etapa de la vida. Jamás nos abandona. Le interesa que se cumpla su proyecto en nosotros, pero quiere conseguirlo con nuestro asentimiento y nuestra colaboración.
“Cuanto más nos unamos a Jesús con la oración, la Sagrada Escritura, la Eucaristía, los Sacramentos celebrados y vividos en la Iglesia, con la fraternidad vivida, tanto más crecerá en nosotros la alegría de colaborar con Dios. Y la cosecha será abundante y en la medida de la gracia que sabremos acoger con docilidad en nosotros.”
Fuente: www.vatican.va