…Y la oración calmó al mundo
A principios del mes de septiembre el Papa hacía un fuerte llamado por la paz en el contexto del conflicto en Siria y la posibilidad de una invasión extranjera liderada por Estados Unidos. Francisco ponía toda la maquinaria diplomática y religiosa que tiene en su abasto para conseguir que esa ofensiva militar no tuviera lugar –como hasta el momento así ha sido-. Así calmó al mundo.
El obispo de Roma decidió entonces convocar para toda la Iglesia una jornada de ayuno y de oración “por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero”. Invitó a los hermanos cristianos no católicos así como a los pertenecientes a las demás religiones, a unirse a esta iniciativa. Y así fue: el 7 de septiembre millones de personas en el mundo se unieron desde las 19.00 y hasta las 24.00 en oración con el Santo Padre. Se sumaron distintas confesiones de todo el mundo, líderes religiosos y cristianos católicos y no católicos.
Al día siguiente paz armamentística…. y climatológica
Al día siguiente de la jornada de ayuno y oración por la paz sucedió un hecho inaudito en la Tierra, un fenómeno extraño que los científicos observaron con sorpresa: el planeta estaba en absoluta calma (climatológicamente hablando).
La Tierra es inquieta y dinámica por naturaleza. En un día cualquiera, hay un ciclón, una depresión tropical o una gran tormenta en algún lugar del globo. Pero el 8 de septiembre, por un momento, los cielos de todos los océanos aparecieron relativa y extrañamente tranquilos.Un extraño momento de calma en La Tierra, fotografiado por los satélites como se aprecia en la imagen que acompaña esta noticia y que la NASA escogió como imagen del día.
En el momento en el que pasaron los satélites, cerca del mediodía, no se produjeron huracanes, ciclones o tormentas tropicales en las cuencas del Atlántico, Pacífico u Océano Índico, una coincidencia relativamente rara en el apogeo de la temporada de huracanes o ciclones en el hemisferio norte.
Esa jornada de paz todavía sorprende más si se tiene en cuenta que en su reunión de mayo y agosto de 2013, el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. pronosticaba una probabilidad del 70% de una temporada “más activa de lo normal”, con 13 a 20 tormentas con nombre y 7 a 11 huracanes. Una temporada “normal” suele producir 12 tormentas nombradas, incluyendo 6 huracanes. A través de la segunda semana de septiembre (el punto medio de la temporada de huracanes en el Atlántico), se han producido nueve tormentas con nombre -lo que se ajusta a las predicciones-, pero sólo una alcanzó la categoría de huracán. El único huracán, Humberto, se observó el 11 de septiembre de 2013. Dos días después, se había debilitado en una tormenta tropical.
Casualidad o providencia el hecho está ahí, y después de la jornada de ayuno y oración por la paz que convocó el Papa Francisco el clima de la Tierra ofreció una de sus caras más amables.
Seguramente el poder y los signos de Dios –como regalo de Su Gracia a quienes oran con fe- puedan parecer ajenos para algunos… Dios abriendo las aguas del mar para salvar a su pueblo, Jesús calmando la tormenta o multiplicando los panes. Pero quienes han respondido al llamado (que Dios hace a todo hombre) para vivir según el Evangelio de Jesucristo, y tras la huella de la Virgen María, saben que rezando el rosario alcanzarán de Dios liberación, sanación y salvación.
Por ello la primera intención de la cruzada Un Rosario por Chile implora: “Que la Virgen del Carmen interceda ante Dios Padre, por la protección de Chile”…. Para que así nos libre de las catástrofes naturales, de la guerra y toda agresión externa a nuestra nación, de la división y violencia en nuestro país. Bastará que unidos a la Santísima Virgen María oremos el rosario con un corazón confiado y en forma permanente. ¡Dios siempre escucha el clamor de su Pueblo!
Fuente: http://www.forumlibertas.com