Padre Pío: El santo Rosario era su arma más poderosa contra el enemigo

Fray Paolo Covino (25.12.1918 – 17.12.2012), el sacerdote que administró la Unción de Enfermos al Padre Pío en septiembre de 1968, fue un testigo de la devoción mariana que a diario nutría y protegía el alma del Santo “Padre Pío”.

virgen maria en cielo azul http//unrosarioporchile.cl

Fray Paolo se parecía físicamente al Padre Pío: tenía su mismo gesto paternal y su mirada limpia y diáfana, como la de un niño. Convivió muchos años con él; tuvo incluso la fortuna de ocupar su misma celda en el noviciado de Morcone.

A sus 92 años, el 15 de mayo de 2010, conversó con el escritor José María Zavala, para el libro “Padre Pío”.

En ese diálogo confidenció a Zavala… “El Padre Pío llevaba siempre en la mano el Santo Rosario, su arma más poderosa contra el enemigo, la cual empleaba sin descanso. Llegaba a rezar 15 ó 20 Rosarios completos al día (de 150 Avemarías cada uno). Él decía: «Haced amar a la Virgen. Ella os escuchará. Rezad el Rosario todos los días y Ella lo pensará todo»”.

Claro que, una vez el superior le preguntó al Padre Pío cuántos Rosarios rezaba al día, señaló Fray Paolo a Zabala. Y éste, obediente hasta la sepultura -agregó el fraile-, le respondió: «Bueno, a mi superior debo decirle la verdad: he rezado 34».

padre-pio-reza-rosarioEl biógrafo del santo, padre Gerardo Di Flumeri, en el libro “La vida devota del Padre Pío” señala también:

“La tierna, intensa y filial piedad mariana del Padre Pío no era fruto de un pasajero sentimentalismo; tenía su origen en el culto que la Iglesia reserva a la Madre de Dios. Veía en la Virgen el camino más seguro para llegar a Cristo, y por este camino guiaba las almas de sus penitentes.”

“Cuando hablaba de ella, no conseguía contener la emoción. Recitaba de continuo, día y noche, el santo rosario y quería que todos expresasen su devoción mariana con este plegaria evangélica.”

“Había recalcado, entre otros elementos esenciales del rosario, la contemplación. Decía: «La atención debe ponerse en el Ave, el saludo que se dirige a la Virgen en el misterio que se contempla. Ella estaba presente en todos los misterios; en todos tomó parte con amor y con dolor».”

“A sus hijos espirituales que le preguntaban qué es lo que tendrían que recibir de él como herencia, les dijo: «Os dejo el rosario. Amad a la Virgen y hacedla amar, rezad siempre su rosario y rezadlo bien. Satanás quiere destruir esta oración pero ¡no lo conseguirá jamás!».”

Fuente: Religión en Libertad.