A sus 18 años, rezar el rosario tuvo una radical consecuencia

Dejarse querer por las chicas, gustar la potencia de su BMW 650, viajes, drogas, disfrutar del golf… era la vida apasionada del joven portugués Juan Pedro Batalheiro. Allí no había espacio para Dios, o eso creía él… hasta rezar el Rosario.

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“Mi madre me pidió que le acompañase a una peregrinación, para ir desde Lisboa, donde vivíamos, a El Escorial en España. Bueno, me apunté sólo para que no viajara sola. Al llegar el lugar me pareció normal, pero luego fue un poco raro porque la gente rezaba el rosario delante de un árbol, donde dicen que se aparece la Virgen. Finalmente, por acompañar a mi madre terminé rezando el Rosario y fue en ese instante que cambió mi vida. ¡Ahí conocí al Señor, tuve una experiencia de Dios muy fuerte en ese lugar! Experimenté lo que es tener a Jesús en el corazón y supe que Él tenía un designio más grande para mí de lo que podía imaginar. Fue tan fuerte ese encuentro que lo que inmediatamente pensé fue darme todo al Señor y sentí que realmente Dios me llamaba para sacerdote.
padressemishiDe regreso, en el autobús tuve una conversación con Dios, que antes no sabía siquiera que fuere posible tener. Realmente parece que antes tenía sobre mí una bóveda de hormigón que me impedía llegar a Dios y luego era como si esa bóveda hubiera desaparecido y la comunicación con nuestro Señor se torna fluidísima. Al volver a la escuela empecé a hablar con mis amigos de que había conocido a Dios. Yo, el niño de papá de las salidas nocturnas de repente empecé a hablar de Dios y de otras cosas. Por cierto, ninguno de mis amigos entendía qué me pasaba. Me planteé muy en serio el destino de la vida en el cielo. Pasaba por una iglesia y sentía como una voz irresistible que me llamaba desde dentro y dejaba de ir a los sitios que tenía planeados porque entraba en el templo y caía de rodillas ante el sagrario y me quedaba allí hablando con Dios…”
Desde aquél rosario, que atrajo sobre este joven la mirada de la Santísima Virgen María y a través de ella la de Dios, buenas nuevas han continuado llegando. Juan Pedro ingresó al seminario de formación sacerdotal vinculado a la Asociación Pública de Fieles “Reparadores de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores”, allí mismo donde Dios vino a su encuentro, en El Escorial.

Fuente: www.13tv.es