Seminarista Secuestrado en Uganda: Rezar el Rosario era mi Única Esperanza

Esteban, tenía 16 años de edad cuando los feroces guerrilleros del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) asaltaron el seminario menor de la Arquidiócesis de Gulu, en el norte de Uganda, y lo secuestraron a él y a otros cuarenta seminaristas. Aquí relata su cautiverio y cómo rezar el rosario fue su fortaleza.

rezar el rosario https://unrosarioporchile.cl“Los rebeldes llegaron veinte minutos pasada la medianoche; eran unos veinte. Algunos rodearon el seminario menor y los demás se dirigieron directamente al dormitorio de los alumnos de 16 años. Durante dos meses, los asesinatos, matanzas y las torturas eran lo cotidiano. Los rebeldes también querían enseñarnos a matar, y más por ser seminaristas.

He visto cosas que jamás hubiera pensado que tendría que contemplar algún día. Un hombre no es capaz de escapar de todo aquello, pero Dios obra milagros. A mí sólo me quedaba rezar el rosario: ésa era mi única esperanza. Como no podíamos rezar juntos, lo hacía solo. En cada una de las largas marchas rezaba el rosario contando con los dedos, porque no tenía un rosario. La oración era todo lo que tenía. Habrá personas que no han experimentado a Dios, pero yo sí he tenido esa experiencia”

Eva María Kolmann de “Ayuda a la Iglesia necesitada” señala que de los cuarenta seminaristas secuestrados y vejados por los guerrilleros, doce continúan desaparecidos y el resto fueron asesinados por resistirse a renegar de su fe para ser niños-soldados.

Casi dos meses después de su secuestro, las fuerzas gubernamentales atacaron a los rebeldes, y en ese momento, entre bombas y fuego de metralla, Esteban logró huir y después de varios días de caminar sin rumbo llegó a un colegio abandonado donde encontró un soldado del Ejército ugandés.

La familia de Esteban ya lo había dado por muerto. “Habían pedido a un sacerdote que celebrara una Misa funeraria por mí”, recuerda Esteban. Sus padres y seis hermanos no querían que Esteban regresara al seminario para continuar su camino hacia el sacerdocio, pero Esteban, sabía que ése era su lugar.

(Fuente: Aciprensa y Ayuda a la Iglesia Necesitada)

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